Siguiendo nuestra regla de los colores neutros en toda la casa, puedes (he aquí el secreto) permitirte la licencia de aplicar un tono más subido en la pared del cabecero de tu cama (o de los niños), en el frente de la chimenea o en el recibidor para enfatizar ese espacio. Y lo mismo pasa con las puertas, de blancas puedes cambiarlas a uno de los colores de moda, azul claro o verde menta. No hay ningún problema siempre y cuando combine con el suelo y el resto de los colores de nuestra casa. También ten presente que no todas las pinturas son iguales y que al ser tu hogar en el que estás invirtiendo, es importante es que sean pinturas de calidad, que se limpien bien, reflejen la luz, tengan matices y sean ecológicas.
¿Y tú, estás pensando en cambiar la paleta de color de tu casa para hacerla más tuya? ¿O vas a reformarla por completo y quieres usar el color para empezar de cero? esperamos que todas estas claves te sirvan de ayuda, pero si tienes alguna duda ponla en los comentarios. ¡Nos encanta leeros!