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Es un error común pensar que, al pintar una recámara de un tono oscuro, descansaremos mejor, por eso existe la psicología del color, en donde los estudios han demostrado que uno tiene un impacto diferente en nuestros estados de ánimo.
Inclusive a través de ellos puede mejorar nuestra salud, estar más relajados, en fin. Por eso al momento de decorar la recámara lo mejor es apostar por colores neutros o suaves y evitar colocar una gama cromática demasiado llamativa, demasiado oscura o explosiva. Si quieres incorporar algún tono vibrante, hazlo en algún accesorio como almohadas o tapetes.