Podríamos pensar que la lavadora no debería oler mal, por la asociación que hacemos de que limpia nuestras prendas, pero no es así. Desafortunadamente si nuestro electrodoméstico emana mal olor, nuestra ropa también lo tendrá, así que para evitar esto, lo mejor es después de emplearla secar muy bien el tambor, alrededor y debajo de las gomas, quitar el dispensador de jabón y enjuagarlo con un cepillito para retirarle los restos de detergente, de no hacer esto, con el paso del tiempo se formará una capa negra y pegajosa que por ende olerá y se verá muy mal.
También es importante que después de cada uso dejes la puerta abierta para que se ventile y más aún si empleaste el secado, ya que el calor tarda en disiparse. Limpia cada 15 días o mes el filtro y retira todas las pelusas y papel que se haya quedado ahí. Y como complemento para evitar o quitar el mal olor vierte medio litro de vinagre blanco en la charola del detergente y haz un lavado rápido, pero con agua caliente, con eso tu lavadora estará muy fresca e higiénica.