La causa número uno de que este electrodoméstico huela mal es por no retirar los residuos de comida de nuestros platos, así que asegúrate antes de meterlos, que les hayas quitado todo rastro de alimento, ya que al no hacerlo estos se irán acumulados en la parte inferior del lavavajillas, que dicho sea de paso es el segundo factor del mal olor, por lo que debes limpiar frecuentemente el filtro.
Cuando existe un estancamiento de agua, es común que el equipo emane este tan característico y nada agradable hedor, así que verifica que tu equipo expulse correctamente el agua sucia. Además, si tienes la costumbre de esperar algunos días a que se llene la carga para emplearla, el olor de la comida en un sitio cerrado empezará a pulular, por lo que es conveniente que utilices la función aclarar en lo que completas la carga.
Si después de seguir estos consejos el olor continúa te pasamos estos trucos caseros muy efectivos: coloca una taza de vinagre blanco en el dispensador de jabón y programa un ciclo completo a máxima temperatura sin carga. También en algunos ciclos de lavado normal, puedes introducir en el compartimiento de los cubiertos cáscaras de cítricos y retirarlos después. Hazlo cada 2 o 3 meses. Además, sécalo al interior, deja la puerta abierta después de cada uso para que se airee y no acumule humedad y programa limpiarlo a conciencia. También emplea productos especiales (sin carga) una vez al mes.