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Despacho y salón comparten el mismo aire en esta casa. Nada mejor que el color para remarcar los espacios y fijar fronteras. Las paredes en un intenso verde a un lado y rosa empolvado en el otro, ya hacen su función, pero es el techo el que termina de resaltar donde comienza y acaba cada uno. Fíjate en el detalle de simular un falso marco de transición entre las dos zonas, no llega al techo, pero casi casi. ¿Te hubieras atrevido con dos tonos tan apuestos? puedes repetir en dos habitaciones contiguas (como aquí), o en una misma para separar ambientes o funciones. Los tejidos, la iluminación y por supuesto la decoración harán el resto.