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Visto en: https://habitissimo.com.mx
A lo largo de los años y por los asentamientos naturales de las casas, todas las paredes van teniendo imperfecciones que pueden ir desde pequeños agujeritos, ya sea por haber retirado algún cuadro, manchas de bolígrafos de los niños, arañazos o golpes tras una divertida pelea por un juguete. Pequeñas grietas por la contracción de los materiales o inclusive mordidas. La cuestión es que antes de pintar cualquier pared, hay que reparar todos esos pequeñas desperfectos e incluso darles un tratamiento previo a las paredes para detener cualquier inicio de humedad. Un pintor sabrá la mejor manera de hacerlo, generalmente utilizan masilla y lijan la parte dañada. Pero hasta que no esté perfectamente reparada, no se debe pintar.