Ya sea que no quieras cambiar de color o que te encanten tus estancias como lucen en la actualidad, el pintar la casa siempre es una buena opción. Porque nos permite eliminar pequeñas manchas, emparejar el tono de las habitaciones, cambiar el estilo decorativo, atrevernos a probar colores y estilos nuevos y lucir espacios más luminosos, además de que mejoraremos el aspecto estético de nuestra casa, eso sin contar que es uno de los recursos más económicos para cambiar el look de nuestro hogar.
Aunque veas que tus espacios lucen bien "dales una manita" para los pasillos que son sitios muy transitados lo mejor es hacerlo cada 2 o 3 años, al igual que los cuartos de los niños, en este sentido hay pinturas específicas anti bacterias que son muy recomendables. En la sala y comedor lo ideal es renovar el color cada 5 o 7 años y los baños y cocinas píntalas cada 3 años.