El proyecto pretende enriquecer el sitio catalogado como pueblo mágico, a través de arquitectura nueva que se integra armoniosamente con el contexto, con la vegetación y las construcciones preexistentes en el predio como un vestigio de un bebedero unos cuartos de adobe y las bardas perimetrales de piedra.
La estética del proyecto reinterpreta las formas ortogonales de la arquitectura mesoamericana, plataformas, taludes, y paleta cromática como el verde jade, terracota y grises.
El programa se compone en planta baja de las áreas públicas: restaurante, alberca, bar, cava, galería de exposiciones, patio de eventos, spa, temazcal y gimnasio. En los niveles superiores, el conjunto ofrece 22 habitaciones con balcones y vistas a las pirámides del centro prehispánico ceremonial.