Cuando se trata de revitalizar un espacio con carácter único, el uso del color es vital, pero ¡ojo! no cualquier tono. En este apartamento, en el cual se intervino mediante el derribo de paredes y en el que se decidió crear un espacio urbano, joven y muy fresco. Se optó por el uso de un color mediterráneo, como el azul añil, para pintar una pared y acentuar de manera muy sutil sus bellos techos abovedados y los suelos de madera, que ostentan a cada lado una sección con baldosas antiguas originales. Para remarcar cada elemento se eligió colocar focos exentos y tiras de led, que recorren una falsa cornisa e iluminan las paredes de mampostería. el muro de hierro y cristal deja que la luz fluya de un lado a otro, iluminando hasta el último rincón.