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Recuerda que es una limpieza profunda, así que no se vale que solo le des una pasadita hasta donde alcances, mentalízate antes de iniciar para que, sin pretexto empieces por limpiar las partes más altas de estantes, muebles, cada libro, cuadros e incluso las esquinas de los techos donde las arañitas tiendes sus trampas.
Al caer todo ese polvo almacenado, barre perfectamente, te asombrarás de la cantidad de polución que se esconde en esas áreas que no siempre atendemos todos los días.