Si bien no es un problema en sí, la acumulación de polvo y suciedad puede ser el motivo de que tu persiana no baje. Al no limpiarlas es muy fácil que el polvo, cabellos o incluso el cochambre sea el causante de que ya no se deslice como debieran.
Usa una escalera, para bajar las persianas, pero colócala firme para evitar accidentes, después retira el plástico de los laterales que las retiene. Busca un recipiente lo suficientemente grande donde quepan o en su defecto utiliza la tina de tu baño, ponle agua hasta la mitad o menos, dependiendo de la cantidad de persianas que vayas a introducir, agrega 1/2 taza de vinagre blanco, 1 taza de bicarbonato y disuélvelo muy bien, después introduce las persianas, la idea es que queden completamente cubiertas por el agua y sumérgelas de 1 a 2 horas, dependiendo que tan sucias estén. Retira el tapón y déjalas otra hora más con agua limpia y posteriormente ábrelas y enjuágalas bien. Páralas para que se escurran lo más que se pueda y después colócalas nuevamente. Una vez bien sujetas pásales un trapo seco para evitar que les queden gota de agua y queden manchadas.
De esta manera limpias las láminas y al mismo tiempo el cordel, para que vuelvan a funcionar a la perfección.