Estanterías de piso a techo, una butaca cómoda, buena luz y una temperatura agradable. es todo lo que necesitarás para desconectar del mundo y disfrutar del placer de la lectura. Si te preocupa que tu hijo regrese algún día a casa, en lugar de una butaca, intenta incorporar un sofá cama donde pueda quedarse (pero no pierdas la ilusión de convertir su recámara en tu propia biblioteca).
Lo ideal sería que aprovecharas la pared más grande para colocar todos tus libros en la parte superior, y algunos muebles en la zona inferior, teniendo en cuenta que si la pintas del mismo color que el resto de paredes, se integrará mejor.
Si no es una recámara muy grande, utiliza un sistema de puertas corredizas en lugar de las batientes para los muebles. Así no golpearán con otros muebles cuando tengas que abrirlas.
¿Qué te han parecido estas ideas? ¿Le darás un nuevo uso al cuarto que quedó desierto?
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