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Aunque por tradición al gris se le ha catalogado como un tono neutro, también se le asocia con la estabilidad, tranquilidad y elegancia, por lo que transmite solidez en tiempos de incertidumbre.
Y más ahora que la resiliencia o lo que es lo mismo la capacidad de enfrentar las adversidades transformando el dolor en una fuerza para superarlas y salir fortalecido de ella, será necesaria para los tiempos que vienen. Por lo que todo aquello que transmita permanencia, es bienvenido a nuestra vida. Y si le agregamos la vitalidad del amarillo, el futuro será más brillante.