Apostar por los espacios con distintas funcionalidades hará que no falles en tu distribución. Dotar a las habitaciones de distintas funciones durante la jornada, es decir, conseguir que sea versátil, puede ser la clave para que el resultado sea el más funcional posible y, además, que la superficie real de uso se multiplique. Por ejemplo, puedes incluir espacios de trabajo en el sala, cortinas que dejan al descubierto una habitación o , en el caso de viviendas muy pequeñas, camas que se pliegan y dejan espacio al sala o cocinas “escondidas” tras un armario. Ademas, cambiar las clásicas puertas abatibles por correderas hacen ganar el espacio de barrido y servirán para unir fácilmente espacios con usos compatibles. Si tu vivienda no es muy grande, apostar por único espacio multifunción (al menos en la parte común de sala-comedor-cocina) suma espacio y hace que se gane en amplitud y espacio real útil.