Zonificar tu día a día es esencial para una correcta distribución. Es decir, saber dónde y cómo pasas más tiempo para ver las prioridades de espacio. Aunque hay cosas obvias (en general, se necesita un espacio diurno para convivir y otro nocturno para descansar) entramos inevitablemente en el terreno más personal, es decir, cómo y cuándo usarás cada espacio de tu vivienda de modo particular. Por ejemplo, si eres un cocinillas, seguramente la cocina será un lugar de encuentro para hacer vida en ella y necesitarás que sea amplia y puede que te guste abierta al sala. Si te encanta leer, necesitarás un espacio para almacenar libros en el sala, en el dormitorio o incluso aprovechando un pasillo ancho. Si te fascina la moda, el vestidor será esencial y no te importara restar espacio a otras funciones o, si eres un "ser social", necesitarás un sala-comedor para compartir. Si, por el contrario, te gusta la intimidad, probablemente prefieras dedicar más metros cuadrados a tu dormitorio o estudio. Con todas tus prioridades en orden será fácil zonificar y decidir cuánto puedes dedicar a cada espacio.